|
Sol Linares,
Escuque (Venezuela), 1978: Con apenas 12 años a esta niña de un pueblito del este venezolano se le metió entre ceja y ceja escribir una novela. Con ella llegó a ocupar cuatro cuadernos... y muchísima paciencia de su madre. Descubriría así la pequeña no sólo la lengua materna, sino la necesaria testarudez que acompaña al talento. Su universo de obsesiones conduciría una docena de años después a un primer libro de relatos.
Desde entonces se han sucedido varias obras. Varias de ellas han sido premiadas (Universidad de los Andes 2007 para Cuentafarsas y Alba Narrativa 2010 para este Percusión y tomate) y reconocidas tanto por la crítica como por el público venezolano. Pero algo de aquella niña testaruda pervive y la adulta, hoy librera, continúa obsesionada con fustigar las cosas por su lado menos visible. «La ficción es una silla mirada desde abajo», nos dice. «La ficción es lo que debiera ocurrir si la realidad no fuera tan absurda, una dimensión posible que se expresa a través de una discontinuidad de las leyes naturales, una contradicción que burla el sinsentido risible de la realidad. Por ello la realidad no merece la pena ser descrita ni mencionada. La realidad no es una categoría superior a la ficción. La realidad es bastante bizarra y se rige por leyes tan absurdas que al igual que la ficción son tan naturales que no hace falta explicarlas».
Más información:
consultarse en la web entrevista en Prodavinci
|