Hacer noticia de lo que no lo es
Sea esto transcribir una conversación de cuando fuimos libreros en la Feria del Libro de Madrid, antes del verano, a cargo del puesto de la librería Contrabandos, que también depende de la ovejita.
Un joven señala la Crítica de la razón puta y Aprender, le dice a su colega, esta editorial es flipante, tienen libros increíbles, pero no hay forma de enterarse de lo que editan, no hacen publicidad, parece que se esconden.
Estamos a punto de descubrirnos. Decirle que exagera, que no es para tanto, pero pensamos en este 2025, prácticamente hemos enmudecido, nos hemos mudado a una tierra fértil, la hemos comenzado a cultivar, seguimos procurando una familiaridad justa y generosa, nos hemos curado de un cáncer in situ, críamos vidas que se deterioran irreversible y otras que no paran de imponerse, necesitamos construir un hogar sin endeudarnos, amar nuestros libros y otros, nuestra editorial y a otras.
Sobre todo no queremos que bajo ningún concepto publiquemos porque necesitamos dinero para vivir de producir un libro que necesite ser vendido porque nos aconstumbramos a ganar dinero siendo editores y entramos en no sé qué rueda de profesionalización y reconocimiento. No preferimos un oficio a ningún otro. No creemos que la palabra de autor alguno, ni libro cualquiera merezca consideración mayor que acariciar a un perro, llorar por una vieja, o cuidar un tomate y para al hacer eso, tampoco lo publicitamos.